Wednesday, November 22, 2006

Londres, reglas, multas, y excesos

Desde hace año y medio vivo en Londres. Cuando llegue conocí a otro venezolano que llevaba cuatro años viviendo aquí. Me decía que ya estaba harto, que se quería regresar a Venezuela. Lo que lo tenia harto es “que hay demasiadas reglas y leyes, te controlan todo lo que haces”.

Cuando me dijo eso no entendí del todo lo que quería decir. El hecho de que existieran reglas claras, y sobretodo que buena parte de la gente las cumple, me parecía algo obviamente bueno. Mi opinión no ha cambiado en cuanto a eso, pero si me he dado cuenta de porque mi amigo estaba harto.

Una proposición bastante común en la literatura económica es que una manera eficaz de corregir conductas identificadas como indeseables, es establecer incentivos o penalidades monetarias para que la gente modifique su comportamiento. Esto no tiene nada malo, y se hace en todas partes, pero es obvio que no es la solución a todos los problemas.

Por ejemplo, ¿como tratar el problema de la delincuencia juvenil? (un problema importante aquí). Una propuesta que esta ganado terreno en Inglaterra destaca por su ridiculez: multen a los padres. ¿Su hijo robo en una tienda? Multa. ¿Su hijo, menor de edad, estaba tomando o estaba drogado? Multa. ¿Estaba cayéndose a golpes en la calle? Multa. Olvídense de una mejor educación, o mirar si el problema esta en la falta de cohesión en los núcleos familiares.

Entiendo que la idea es hacer que los padres estén más pendientes de sus hijos, pero cada individuo debe ser responsable por sus actos, y en nada ayuda trasladar esta responsabilidad a otros.

Pero lo importante no es este caso en particular, sino que este tipo de respuesta a problemas, junto a las innumerables reglas y leyes, es un reflejo del pensamiento de los que gobiernan este país: la manera de atacar los problemas es con multas e impuestos. Es decir, no atacar la raíz de los problemas. Ademas, es tambien un reflejo de las diferencias ideologicas entre la llamada "Tercera Via" y las ideologias liberales que la predecieron, las cuales estaban basadas en la libertad irrefutable e inviolable del individuo, y en una disminucion considerable en la participacion del gobierno como regulador y como fuerza economica.

Los niveles de regulación en esta sociedad llegan a tal punto que existen unas Ordenanzas de Comportamiento Antisocial. Me gustaría decirles que tipo de comportamiento antisocial buscan evitar, pero no puedo porque no están especificados. Son básicamente una herramienta para darle a los policías infinita discrecionalidad para multar, o arrestar, a la gente por cualquier comportamiento que a un policía caminando por la calle le parezca antisocial.

En general, los niveles de vigilancia en Inglaterra, tanto vigilancia privada como estatal, son alarmantes (una persona que sale de su casa al trabajo, usa el metro, y regresa a su casa en la tarde, quedara grabada en promedio por 300 camaras).

En Venezuela muchas veces nos quejamos de que no hay suficientes reglas, o que las hay pero no se cumplen. Viviendo aquí me he dado cuenta de que en el otro lado de la moneda los excesos también existen. Posiblemente son preferibles, pero son excesos al fin y al cabo.

2 comments:

La Flaca Bohemia said...

Todos los extremos son malos, pero te digo me gusta más ese extremo en el que tu estás, que en el que estoy yo!

Anonymous said...
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